Cada año se producen aproximadamente 100 mil millones de ropas y se desechan 33 mil millones de ellas. La industria de la moda causa una gran contaminación ambiental. No solo durante su producción, sino también en el proceso de desecho se generan contaminación del aire y del agua. Los gases de efecto invernadero emitidos por la industria de la moda superan a los emitidos por todos los aviones del mundo y también a los de todos los barcos. Además, la industria de la moda consume el 20 % del agua utilizada por toda la industria en general.
Esto se debe a la sobreproducción y al sobreconsumo. Se produce más de lo que se va a vender y se compra más de lo que se va a usar. Al final, se necesita un lugar para desechar la ropa comprada, y el comercio de ropa de segunda mano se ha utilizado como una vía para ello. Sin embargo, también debemos replantearnos el reciclaje de ropa. Muchas personas creen que la ropa usada se destina a obras benéficas o se recicla, lo cual les da tranquilidad. Pero, en realidad, el 40 % de la ropa que entra al mercado de segunda mano termina siendo desechada como basura.
Aproximadamente el 5 % de los contenedores de recogida de ropa usada se distribuye dentro del país a través de tiendas vintage y similares, pero el 95 % se exporta a países en desarrollo mediante empresas exportadoras. Sin embargo, esto se convierte en residuos que superan la capacidad del sistema de gestión de desechos de las regiones importadoras. Por ejemplo, Ghana tiene una población de aproximadamente 30 millones de personas, pero recibe semanalmente hasta 15 millones de prendas de ropa usada.
Es momento de cambiar nuestra conciencia y nuestras acciones respecto a la producción, el consumo y el reciclaje.
En este sentido, el 26 de febrero de 2020, se llevó a cabo una actividad de elaboración de bolsos en la Universidad Estatal de Louisville.
Unas 30 personas participaron en este evento, en el cual se reutilizaron camisetas que ya no usaban para confeccionar bolsos de mano. El evento comenzó con una presentación sobre ASEZ y una explicación sobre la importancia del reciclaje, seguida de una demostración paso a paso sobre cómo hacer un bolso tipo tote.
Un representante de ASEZ, organizador del evento, explicó: “El 95 % de los residuos que desechamos son recursos valiosos que pueden ser reciclados o reutilizados. Esta actividad servirá como una oportunidad para reflexionar sobre el consumo y la producción responsables. También está en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 de la ONU: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”.
Joshua Walraven, miembro de ASEZ que participó en el evento, compartió: “Me sentí muy motivado al ver a los estudiantes que participaron en la actividad de confección de bolsos. Aunque parezca una actividad simple de hacer bolsas recicladas, me dio fuerzas saber que no soy el único que se preocupa por el medio ambiente”.
La miembro Shemari McKoy también comentó: “A través del evento de hoy para hacer bolsos reciclados, reflexioné nuevamente sobre lo importante que es reducir el uso de bolsas de plástico. Aunque parezca una acción pequeña, comprendí lo significativa que puede ser para proteger el planeta. Fue una experiencia gratificante y divertida, y definitivamente quiero seguir participando en eventos para cuidar el medio ambiente”.
Esperamos que estas pequeñas acciones individuales por el medio ambiente se conviertan en una cultura ambiental positiva que pueda cambiar el mundo entero.