Del “compromiso” a la “implementación”
En noviembre de 2025 se celebró en Belém, Brasil, la 30.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). Del 10 al 21 de noviembre, se reunieron decenas de miles de participantes, incluidas delegaciones gubernamentales de unos 200 países, organismos internacionales, ONG y el mundo académico.
La atención dirigida a esta edición de la COP se debe a que los compromisos existentes de la humanidad han llegado a un límite crítico. En 2015, en el Acuerdo de París, cerca de 200 países acordaron limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y, adicionalmente, mantenerlo muy por debajo de los 2 °C. Un calentamiento superior a 2 °C provoca olas de calor extremas, aumento del nivel del mar y otras crisis climáticas mucho más graves que las previstas con un incremento de 1,5 °C, un hecho respaldado por evidencia científica sólida y concluyente. [1]
Sin embargo, a pesar de la expansión mundial de las energías renovables, los objetivos climáticos que los países han presentado hasta ahora están muy lejos de encaminar al mundo hacia el objetivo de 1,5 °C. [2]
Ante esta realidad urgente, Brasil, país anfitrión, declaró su intención de hacer de la COP30 “la COP de la implementación, no de las promesas”. La elección de Belém, en pleno corazón de la selva amazónica, como sede de la conferencia, refleja además la firme determinación de Brasil de pasar de las palabras a la acción.

Tareas fundamentales y una agenda de seis áreas de acción
En esta conferencia se abordan de manera prioritaria dos tareas fundamentales y seis áreas de acción
La primera tarea fundamental es la relacionada con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para la reducción de gases de efecto invernadero. Según el Acuerdo de París, cada país debe fortalecer sus objetivos de reducción cada cinco años, y este año constituye un momento decisivo, pues las naciones deben presentar oficialmente sus NDC para 2035. Se trata de un punto clave que determinará la dirección de los próximos diez años para alcanzar el objetivo de 1,5 °C.
La segunda tarea fundamental es el establecimiento del Objetivo Global de Adaptación (GGA, Global Goal on Adaptation). La capacidad de adaptación frente a los desastres ya manifestados es tan crucial como la mitigación de la crisis climática. En esta COP, las partes evaluarán el progreso del GGA y avanzarán hacia la elaboración de indicadores concretos que permitan su cuantificación.
Además, la presidencia brasileña presentó una agenda de seis áreas de acción destinadas a impulsar la implementación. Son seis áreas estratégicas concebidas para garantizar una ejecución efectiva de la COP30:
1. Transición en los sectores de energía, industria y transporte: eliminación progresiva de los combustibles fósiles, triplicar la capacidad de energía renovable para 2030 y duplicar la eficiencia energética como prioridades principales.
2. Gestión sostenible de bosques, océanos y biodiversidad: reflejando la determinación del país anfitrión, se discutirá un acuerdo internacional sobre la conservación de la selva tropical amazónica y la prevención de la pérdida de biodiversidad.
3. Transformación de la agricultura y los sistemas alimentarios: reducción de las emisiones del sector agrícola, fortalecimiento de la seguridad alimentaria y mejora de la sostenibilidad de las cadenas de suministro de alimentos.
4. Construcción de resiliencia en ciudades, infraestructura y agua: se debate la adaptación de la infraestructura urbana frente a un clima cambiante y el establecimiento de sistemas integrados de gestión hídrica.
5. Promoción del desarrollo humano y social: la “transición justa” y la “justicia climática”, centrada en los derechos humanos, emergen como conceptos clave.
6. Medios de implementación: ampliación del financiamiento climático, transferencia de tecnología de los países desarrollados a los países en desarrollo y fortalecimiento de capacidades nacionales, como pilares para hacer posibles todas las acciones anteriores.

Panorama general de la COP30
La COP30 es una maratónica conferencia de dos semanas. Para gestionar de forma eficiente un proceso tan complejo y extenso, Brasil, como país anfitrión, establece cada día un tema específico que concentra la atención del mundo. A esto se le denomina “Días Temáticos” (Thematic Days). [3]
Este enfoque está estrechamente relacionado con la agenda de seis acciones explicadas anteriormente. Por ejemplo, en el “Día de la Energía” se debaten en profundidad las estrategias para triplicar la capacidad de energías renovables. Otro día, el “Día de la Alimentación y la Agricultura”, se abordan soluciones para sistemas alimentarios sostenibles. Se trata de una estrategia para aprovechar de manera eficiente las dos semanas disponibles. El enfoque temático permite discutir de forma concreta y focalizada los planes de implementación de cada agenda, facilitando el avance sobre asuntos altamente complejos.
Resumen del programa de la COP30
| Fecha | Temas principales |
| 10-11 | Adaptación, ciudades, infraestructura, agua, residuos, gobiernos locales, bioeconomía, economía circular, turismo |
| 12-13 | Salud, empleo, educación, cultura, justicia y derechos humanos, integridad de la información, trabajadores, revisión de la ética global |
| 14-15 | Energía, industria, transporte, comercio, finanzas, mercados de carbono, gases distintos del CO₂: triplicar las energías renovables, duplicar la eficiencia energética, transición de los combustibles fósiles |
| 17-18 | Bosques, océanos, biodiversidad: enfoque en pueblos indígenas, comunidades locales y tradicionales, adolescentes, pequeñas y medianas empresas |
| 19-20 | Agricultura, sistemas alimentarios y seguridad alimentaria, pesca, agricultura familiar, mujeres, género, poblaciones afrodescendientes, ciencia·tecnología·IA |

Diversas soluciones para la implementación
La COP30 no es simplemente una mesa de negociación. En coherencia con el eje de la “implementación”, se impulsan simultáneamente programas innovadores destinados a producir resultados inmediatos. A continuación, se presentan los principales proyectos de la COP30 para avanzar hacia un futuro sostenible y resiliente.
(1) Sector urbano: refrigeración sostenible y economía circular
Uno de los programas más representativos es la iniciativa de implementación para combatir las olas de calor (Beat the Heat Implementation Drive), liderada por Brasil y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). A través de la aplicación de la tecnología Cool Roof (Techo Frío), la ampliación de los espacios verdes urbanos y la creación de sistemas de alerta temprana frente a las olas de calor, el programa busca ampliar soluciones sostenibles de refrigeración urbana. El proyecto brasileño “Bairro do Mutirão” constituye un caso ejemplar: mediante la economía circular y un diseño urbano inteligente, logra simultáneamente refrigeración urbana, ahorro de agua y mayor conectividad. [4]
(2) Sector alimentario: reducción del metano mediante la gestión de residuos de alimentos
El PNUMA lanza oficialmente la campaña “Food Waste Breakthrough” (Avance Decisivo contra el Desperdicio de Alimentos). Durante los próximos cinco años, gobiernos, ciudades y empresas colaborarán para reducir a la mitad los residuos alimentarios y disminuir en un 7 % las emisiones de metano derivadas de estos. [5]
(3) Sector financiero y ecológico: un nuevo mecanismo para la conservación de los bosques tropicales
Uno de los proyectos más destacados es el “Fondo Bosques Tropicales para Siempre” (Tropical Forest Forever Facility), un mecanismo financiero innovador que proporciona pagos directos a los países tropicales por su labor de conservación de los bosques. Operando de forma complementaria al programa REDD+, este instrumento tiene el potencial de aportar más de la mitad del financiamiento necesario para la protección mundial de los bosques tropicales. [6]

De Belém a nuestra vida cotidiana
La pregunta que nos plantea la COP30 es clara: “¿Qué vamos a implementar?” Debemos recordar que la gran agenda debatida en Belém está estrechamente vinculada con nuestras pequeñas decisiones cotidianas: elegir envases reutilizables en lugar de desechables, optar por el transporte público cada día, reducir los residuos de alimentos. Todas estas elecciones representan la transición hacia la acción que la COP30 ha subrayado incontables veces. Incluso después del término de la conferencia, nuestra implementación debe continuar. El verdadero cambio comienza precisamente aquí: en el paso de “conocer” la crisis a “actuar” frente a ella. Esa sensibilidad es la manera en que construimos el futuro.