El consumo de plásticos ha aumentado de manera explosiva debido a su bajo costo, poco peso y utilidad, pero el precio de esta cultura de consumo de plásticos es enorme. Más del 99 % de la producción de plásticos se basa en combustibles fósiles, y el proceso de fabricación de 1 kg de plástico emite varios kilogramos de dióxido de carbono, convirtiendo a la industria del plástico en culpable oculto del cambio climático.
Por ello, el tema del Día Mundial del Medio Ambiente de 2025 ha sido seleccionado como “Poner fin a la contaminación por plásticos”.

Cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, un evento internacional en favor de fomentar la conciencia y la acción frente a los problemas ambientales globales. Establecido en 1972 por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, este día se ha convertido en la mayor campaña ambiental del mundo, con la participación de más de 150 países.
El Día Mundial del Medio Ambiente de este año, centrado en cómo resolver el problema de la contaminación por plásticos, demuestra no ser asunto de un solo país, sino una crisis compartida por toda la humanidad. Al mismo tiempo, refleja una firme voluntad de encontrar soluciones a través de la cooperación internacional.
Tratado internacional para poner fin a la contaminación por plásticos – El camino de las negociaciones del CIN
Los esfuerzos de la comunidad internacional para resolver el problema de la contaminación por plásticos se intensificaron oficialmente con la resolución adoptada en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, por sus siglas en inglés) celebrada en Nairobi en marzo de 2022. En ese momento, 175 países acordaron por unanimidad establecer un tratado internacional jurídicamente vinculante para 2024 con el objetivo de “poner fin a la contaminación por plásticos”.
Como resultado de esta resolución, ese mismo año se creó el Comité Intergubernamental de Negociación (CIN), comenzando a discutir un tratado para abordar todo el ciclo de vida del plástico, desde su producción y diseño hasta su eliminación. Las negociaciones del CIN se desarrollaron en varios países: Uruguay (1.ª reunión), Francia (2.ª reunión), Kenia (3.ª reunión), y Canadá (4.ª reunión), culminando en la “5.ª reunión, parte 1 (INC-5.1)” celebrada en noviembre de 2024 en Busan, Corea del Sur. Aunque la reunión en Busan fue considerada como la última oportunidad para acordar un texto definitivo del tratado, no se logró una conclusión final debido a desacuerdos entre los países sobre varios puntos clave, tales como: la regulación de la cantidad de producción de plásticos, la eliminación progresiva de sustancias químicas peligrosas y ciertos productos de un solo uso, y los mecanismos de apoyo financiero y tecnológico.

A pesar de todo, con la participación de más de 3300 representantes de aproximadamente 170 países y más de 440 organizaciones de partes interesadas, la mesa de negociación adoptó un “borrador del presidente” (Chair’s Text), que organiza los artículos controvertidos y establece la base para futuras negociaciones.
Finalmente, la reunión de INC-5.1 en Busan concluyó con la decisión de continuar las negociaciones en la segunda parte de la quinta reunión (INC-5.2), a celebrarse en Ginebra, Suiza, en agosto de 2025. En la reunión de Ginebra, los principales temas incluirán la confirmación final de los artículos del tratado con base en el borrador, la concreción de mecanismos de implementación y el establecimiento de un sistema de apoyo financiero internacional.
En las negociaciones internacionales para reducir el uso de plásticos, están surgiendo diferencias entre los países en desarrollo y los países desarrollados. Los países en desarrollo argumentan la necesidad de apoyo financiero, transferencia de tecnología y programas de fortalecimiento de capacidades para mitigar las cargas económicas incluidas en el proceso de reducción. Por otro lado, los países desarrollados insisten en que todos los países deben actuar bajo reglas comunes para garantizar el cumplimiento efectivo de los objetivos de reducción. Lograr un equilibrio entre estas dos posturas es uno de los temas clave de la negociación actual.

Cuando surgen innovaciones a nivel local, los cambios compartidos a nivel global pueden hacerse realidad más allá de las fronteras nacionales. En este sentido, la comunidad internacional está dedicando todos sus esfuerzos para adoptar el tratado antes de finales de 2025. Según los resultados de la reunión de Ginebra, el mundo entero está atento a si nacerá el primer tratado global de la historia para poner fin a la contaminación por plásticos.
La realidad de la crisis del plástico – Desde la producción hasta la eliminación
“El plástico no se descompone”. Una vez desechado, el plástico permanece en el medio ambiente durante cientos de años sin degradarse, acumulándose progresivamente. Se estima que una botella de plástico o una bolsa tarda al menos entre 400 y 500 años en descomponerse completamente en la naturaleza. Por lo tanto, casi todo el plástico utilizado y desechado hoy en día por la humanidad quedará como legado para las generaciones futuras.

El plástico desechado se fragmenta en partículas diminutas contaminantes del suelo, los ríos y los océanos, y finalmente regresan a nuestra mesa. Según investigaciones, la cantidad de microplásticos ingerida cada semana es de aproximadamente 5 gramos, lo cual equivale al peso de una tarjeta de crédito.
Además, se estima que la cantidad acumulada de plástico desechado por la humanidad hasta 2015 asciende a 6300 millones de toneladas, y si la tendencia actual continúa, más de 12 000 millones de toneladas se habrán acumulado en la naturaleza y en vertederos para el año 2050.
El problema del plástico no es simplemente una cuestión de gestión de residuos visibles, sino un desafío estructural abarcando toda la industria de combustibles fósiles, la cultura de consumo y los sistemas de eliminación. Por ende, sin esfuerzos conjuntos en toda la cadena de producción y consumo, junto con soluciones globales como los tratados internacionales, será difícil lograr resultados efectivos.
Protagonistas del cambio – El papel de la ciudadanía y los jóvenes
En este contexto, el papel de las comunidades locales y la ciudadanía está cobrando cada vez más importancia. Para enfrentar la crisis del plástico, la participación activa de la sociedad civil es tan esencial como las políticas y los sistemas.
Durante la reunión INC-5.1 celebrada en Busan, numerosas ONG medioambientales, organizaciones locales y jóvenes activistas participaron activamente, alzando sus voces. Fuera del recinto de negociaciones, se llevaron a cabo campañas, exposiciones y discusiones para reducir el uso de plásticos de un solo uso, despertando el interés de la ciudadanía. Esta participación tuvo también el efecto de enviar un fuerte mensaje de opinión pública a los delegados negociadores de cada país. Los universitarios y jóvenes están emergiendo especialmente como catalizadores del cambio.
ASEZ, el grupo de universitarios voluntarios, lidera la Campaña Cero Plástico 2040, con el objetivo de construir una sociedad libre de plásticos. Promueven prácticas para reducir el uso de plásticos, crean solidaridad en sus comunidades locales y encabezan movimientos de desperdicio cero en los campus. Esta iniciativa ha sido reconocida como un ejemplo concreto de cambio liderado por la ciudadanía. Los universitarios voluntarios de ASEZ se han fijado como meta un “mundo sin plásticos para 2040” y están llevando a cabo actividades cotidianas para reducir el consumo de plásticos, al mismo tiempo que animan a su entorno a sumarse a esta causa.
Convertir nuestro objetivo de poner fin a la contaminación por plásticos en una “realidad” depende, en última instancia, de nosotros mismos. Como enfatiza el Día Mundial del Medio Ambiente 2025, “poner fin a la contaminación por plásticos” no es un problema que alguien más resolverá por nosotros, sino un desafío compartido enfrentado por toda la humanidad. El cambio se convierte en realidad cuando las políticas y la acción ciudadana avanzan juntas. En este mismo momento, nosotros que actuamos, somos los verdaderos protagonistas del cambio. Acabar con la contaminación por plásticos empieza con las acciones de todos. Si unimos nuestras fuerzas, acabar con esta contaminación y construir un mañana sostenible dejará de ser un sueño para convertirse en una realidad.
